Fondos

Una opción rentable para un año difícil: la deuda de los países emergentes

Hasta hace poco, los países emergentes se veían obligados a emitir bonos en dólares, ante la desconfianza de los inversores institucionales en sus propias monedas. Sin embargo, esta historia ha cambiado en los últimos ejercicios como síntoma de la mejoría en las balanzas de muchas de estas regiones, algo que está siendo aprovechado por muchos gestores de fondos.

Según estimaciones de ABN Amro, los bonos en moneda local suponían el 81 por ciento del total de deuda emergente a finales de 2007, cuantificados en 7,6 billones de dólares. Además, las emisiones en la divisa autóctona de cada país en desarrollo han acaparado el 85 por ciento del crecimiento de los bonos en los últimos tres años.

Rentabilidad

Entre los especializados en deuda de emergentes, cada vez hay más productos que se dedican exclusivamente a los bonos emitidos en moneda local. En primer lugar, por su rentabilidad. Con datos a finales de enero, el índice HSBC Local Currency Bond Index ofrecía un rendimiento cercano al 12 por ciento, casi ocho puntos porcentuales más que los bonos europeos.

En segundo lugar, porque en una cartera global bien estructurada reducen el riesgo, como explican desde Aviva Morley, que tienen un fondo de este tipo llamado Emerging Markets Local Currency Bond: "La deuda en divisa local aporta una auténtica diversificación que se deriva de dos fuentes. Primero, porque tienen una correlación muy baja con los mercados desarrollados y las acciones, y segundo, porque hay una amplia diversidad de comportamientos entre los distintos mercados emergentes".

Hay toda una decena de productos de renta fija global que están en positivo en el año. El que mejor lo hace es el JB Local Emerging Bond, de Julius Baer, con una ganancia del 6,04 por ciento, en parte gracias a que el gestor tenía una visión cauta sobre este mercado, donde también ha habido pérdidas por el paso a activos más seguros durante la crisis. Otro de este estilo es el Amex Epic Local Currency, de American Express, que se revaloriza un 2,32 por ciento en el año.

Pendientes del mercado de divisas

Si las ganancias de este tipo de productos no son mayores para los inversores europeos se debe a la evolución del mercado de divisas. Hasta la fecha, el comportamiento de muchas de las monedas emergentes en 2008 ha estado condicionada por el debilitamiento del dólar estadounidense y la profundización de la crisis financiera.

El anclaje que siguen manteniendo monedas como el yuan chino con respecto al billete verde provoca que le sigan en su caída. A su vez, esto desencadena que otras divisas que no quieren perder competitividad con el yuan también secunden sus descensos, activando así una espiral bajista entre las divisas emergentes, principalmente las asiáticas. Los datos así lo confirman ya que el euro se revaloriza frente a todas ellas en lo que va de año, con avances que oscilan entre el 2 por ciento que se aprecia con respecto al dólar taiwanés y el 13,5 que suma frente al won surcoreano.

En otros casos, como el real brasileño o el rand sudafricano, las caídas que presentan frente a la europea responde al incremento de la aversión al riesgo. En los últimos años, el optimismo reinante propició el denominado carry trade, una estrategia consistente en obtener dinero en países con bajos tipos de interés -como Japón en Suiza- para invertirlo luego en otros donde el precio del dinero es más elevado, entre los que han figurado precisamente Brasil o Sudáfrica -ver página 29-.

Esta actuación había servido para reforzar la marcha de sus respectivas divisas, una situación que ha variado en los últimos meses. Con el endurecimiento de las condiciones crediticias, los inversores institucionales han reducido su apetito por el riesgo, algo que se refleja en la marcha del real brasileño y el rand. Hasta la fecha, el primero se deprecia un 2,7 por ciento frente al euro en 2008 y el segundo, un 20,3 por ciento.

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