
Alrededor de 200 millones de habitantes y las arcas llenas de dinero tras años de escalada del precio del crudo -ayer el oro negro se acercó a la cota de los 106 dólares-. Ésta es, a muy groso modo, la descripción actual de Oriente Medio, que no sólo brilla por sus reservas de petrodólares, sino que en 2008 se convierte en un oasis en la crisis bursátil.
Es la región del mundo en el que más indices cotizan en positivo este año, como sucede en Kuwait, Jordania, Oman, Qatar o Emiratos Árabes Unidos. Algo que está marcando diferencias en los fondos de inversión especializados en emergentes.
El fondo emergente más rentable
De media, según datos de Morningstar, esta categoría cede de media un 11 por ciento en el año. Pero si a esta búsqueda se añade la palabra Middle East, por Oriente Medio ese saldo negativo queda por debajo del siete por ciento, y deja al descubierto otro dato: que el fondo emergente más rentable, el Middle East & African Equity de la gestora británica T. Rowe Price, fundada en 1937 por el gurú y creador del estilo de gestión de crecimiento, Thomas Rowe Price, Jr., destina un 95 por ciento de su cartera a títulos cotizados en Oriente Medio y África.
La principal posición de este fondo, que gana más de un punto porcentual en 2008, es la inmobiliaria de alto standing, Emaar Properties, con sede en Dubai (Emiratos Árabes Unidos).
Adelantarse al futuro
Los gestores que capitanean los fondos especializados en Oriente Medio opinan que la región vive un boom que continuará en el futuro. "Estos países (Bahrein, Egipto, Irán, Iraq, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Arabia Saudí, Sudán, Somalia, Siria, Turquía, los Emiratos Árabes Unidos o Yemen), se encuentran en una primera etapa de desarrollo y, con la creciente liberalización de sus economías y mercados, todas ellas en crecimiento demográfico, sus acciones presentan una valoración atractiva con buenas perspectivas de crecimiento", apunta James Gotto, gestor del Schroder Middle East, otro de los fondos especializados en este mercado que bate a la media de especializados en emergentes.
Para Gotto, Oriente Medio continuará creciendo los próximos años de forma más rápida que la economía mundial, entre otras cosas, porque son regiones con una amplia base de población joven y porque "el avance del precio del petróleo ha otorgado a los países productores de petróleo un considerable poder de gasto", opina.
Sus parqués, además, recibieron un relevante empujón el año pasado, tras una importante oleada de salidas a bolsa. Así, en 2007 se colocaron alrededor de 12.800 millones de dólares en acciones en las bolsas de Oriente Medio y de compañías que poco tienen que ver con el tradicional negocio del petróleo. Debutaron empresas especializadas en bienes de consumo, servicios financieros, servicios públicos e inmobiliarias. Un síntoma de que los petrodólares no sólo se usan para apoyar a bancos estadounidenses en apuros a causa de las subprime, sino también para el desarrollo de los propios países.
Nick Price, gestor de Fidelity Investment que comercializa el fondo Emerging Europe, Middle East and Africa (EMEA), destaca que se esperan inversiones multimillonarias en la región, como en el sector de las infraestructuras. Merrill Lynch pronostica que durante los tres próximos años los gobiernos de estos países podrían invertir 150.000 millones de dólares en ese sector. Price adelanta que ese gasto es un importante cambio de tendencia "en el pasado, la mayor parte de esta riqueza se invertía en Europa y América". Ahora tendrán que prosperar sin ellos.