
El reinado de los pequeños y los medianos valores en la bolsa parece haber tocado a su fin, tras años dominando con mano de hierro las rentabilidades. Y los ahorradores que tienen en cartera fondos especializados en este tipo de empresas lo están sufriendo en sus propias rentabilidades.
Todas las categorías de fondos de pequeñas y medianas empresas sufren bruscos retrocesos en los últimos seis meses, según la base de datos de la consultora Morningstar. Los descensos se ceban sobre todo con los productos de acciones europeas, que en conjunto caen más de un 10 por ciento de media, y más del 20 por ciento en el caso de los fondos de pequeñas empresas británicas. Pero también en Japón, donde los 121 productos de la categoría retroceden un 13 por ciento de media, o en Estados Unidos, donde superan el 10 por ciento en los productos de pequeña capitalización y el 5 por ciento en los de mediano tamaño.
Caídas generalizadas
"Han sufrido prácticamente todos", comenta Antonia Conde, gestora de inversiones de Renta 4. "Ahora mismo no nos parecen una buena recomendación de inversión, no compensa por su elevada volatilidad", explica.
¿Pero por qué están siendo tan castigados? Alicia Jiménez, directora de análisis de Self Trade, lo explica por la "huida del riesgo hacia la calidad" a raíz de la crisis crediticia. "Los inversores buscan ahora negocios saludables con financiación sólida que no vaya a tener problemas de crédito". Y las pequeñas empresas ofrecen menos seguridad que las grandes en este sentido.
Así, incluso los productos preferidos por los gestores están sufriendo las inclemencias de los mercados. "Santander Small Caps, que es uno de los que más nos gusta, también está registrando fuertes descensos", explica Alicia Jiménez. En concreto, la gestora de Santander tiene dos fondos de pequeña y mediana empresa: uno de compañías españolas, que pierde un 6,3 por ciento en los últimos seis meses y otro de Europa, que se deja cerca de un 9 por ciento en este mismo periodo.
Los peores fondos
Estos descensos, aunque parecen abultados, no están entre los peores del sector. Nada que ver, por ejemplo, con el fondo ML European Small Caps Value, de Merrill Lynch, que se desploma un 28 por ciento en el último medio año; o con el 22 por ciento que retrocede desde junio el Credit Suisse Small Caps Japan, el que más sufre entre los de renta variable nipona; o el recorte del 25 por ciento en los últimos seis meses del Putnam US Small Cap Value de renta variable americana de pequeño tamaño.
Y lo peor es que el futuro de esta clase de activo tampoco se muestra propicio, en opinión de los expertos: "Creo que no se recuperará hasta que no tengamos claro hasta dónde van a llegar los efectos de la crisis desatada por las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, y esto puede durar hasta 12 o 18 meses", argumenta Alicia Jiménez.
En su opinión el retroceso es coyuntural, algo que no tiene tan claro Antonia Conde, de Self Trade: "Es posible que estemos ante una rotación más profunda hacia valores de gran capitalización, después de que los títulos de menor tamaño se hayan comportado mejor durante los últimos años", asegura. De hecho, muchas de las categorías de pequeña y mediana empresa ganan más de un 100 por ciento a tres años, a pesar de los bruscos recortes de los últimos meses.
Menos posibilidad de opas
Desde luego, hay más razones para ser precavidos que optimistas. Y algunas de ellas tienen relación con la crisis crediticia. "Con el endurecimiento de crédito a las empresas, la posibilidad de movimientos corporativos se han reducido sensiblemente", explica Conde. Y, de hecho, muchos valores en los que se esperaba operaciones, como algunos bancos medianos españoles, han sufrido bruscos recortes.
Además, hay un aspecto técnico que también supone un riesgo a considerar. Como muchos de estos fondos adquieren paquetes importantes en las empresas en que invierten, al vender corren el riesgo de tirar por tierra el valor de la compañía. Esta situación no es preocupante, mientras los gestores no tengan prisa por vender. Pero puede que las haya si los inversores deciden salir de forma masiva de estos fondos y los gestores tienen que deshacerse rápido de posiciones para darles su dinero.