
Las divisas de Suecia y Noruega sobresalen por su fortaleza en 2010. Dinamarca es otra historia.
Su nombre les va como anillo al dedo. Las coronas sueca y noruega figura entre las reinas de 2010. Su fortaleza sólo se ve superada, entre las principales monedas del mundo, por los dólares australiano, canadiense y neozelandés. Contra las demás suben. Y con intensidad en algunos casos. Como en el del euro.
Hasta la fecha, la moneda única cede un 7 por ciento contra la divisa sueca y un 5,2 por ciento contra la noruega. Todo un regalo para los fondos de inversión que dirijan su punto de mira hacia estos mercados, puesto que la revalorización de la moneda incrementa automáticamente la rentabilidad conseguida por esos productos.
Por el momento, el mayor impulso lo ha demostrado la primera. Es más, este viernes se apreció hasta las 9,595 coronas por euro, el cambio más alto de la moneda nórdica desde septiembre de 2008. Tras esta fortaleza laten unas previsiones que anticipan repuntes en el precio del dinero por parte del Banco de Suecia. En concreto, apuntan a que los tipos podrían despedir el ejercicio en el 1 por ciento, frente al 0,25 por ciento actual.
A favor de la moneda sueca ha figurado la reactivación de la actividad comercial mundial, puesto que la mitad de su economía depende de las exportaciones. Así, la remontada de la corona comenzó en 2009 al calor de la irrupción de los brotes verdes.
En cuanto a la corona noruega, su vigor se encuentra vinculado a la recuperación del petróleo, puesto que el país nórdico es el cuarto mayor productor de crudo del mundo. La escalada del oro negro, que en el último año se ha encarecido un 70 por ciento, ha alentado la recuperación de Noruega, hasta el punto de que su banco central ya ha elevado los tipos de interés en dos ocasiones -ambas en un cuarto de punto- en ocho meses, desde el 1,25 al 1,75 por ciento. Y más que habrá, puesto que el consenso de mercado recogido por Bloomberg sitúa el precio del dinero en el 3 por ciento a finales de 2010. Estos pronósticos están tirando de la divisa nórdica, que ahora se cambia a 7,88 coronas por euro.
La particularidad danesa
El caso de la tercera corona en discordia, la danesa, difiere del que muestran sus vecinos, puesto que su evolución corre paralela a la del euro. El motivo reside en que la divisa de la eurozona y la danesa se encuentran enlazadas porque Dinamarca está bajo el marco del Mecanismo de Tipos de Cambio II, un proceso de convergencia por el que deben pasar todos los países que quieran incorporarse en el futuro a la eurozona.