El controvertido homenaje de las Juventudes de Esquerra (JERC) al ex miembro de Terra Lliure, Martí Marcó, fallecido por un disparo de la policía en 1979, se ha saldado sin incidentes y con una pobre asistencia: tan sólo unas 50 personas se congregaron en el espacio municipal Pati Llimona para participar en el acto. Una cita que ha contado con la presencia de Uriel Bertran, miembro de la corriente crítica de ERC.
El intento de PP y Ciutadans de impedir que se celebrase el homenaje articuló los discursos de los organizadores. El líder de las JERC, Gerard Coca, denunció "la constante opresión y persecución del nacionalismo español", que "sufrió Marcó" en 1979, pero que "aún continúa".
Con una pancarta de fondo ilustrada con la imagen de Marcó y el lema 'El mejor homenaje, la victoria', Coca defendió que el fallecido miembro de Terra Lliure "" emurió por un sueño" a manos "del centralismo y la intolerancia invitó al auditorio "a no rendirse ante la persecución, que es ahora más amable, pero que continúa".