Las muertes de soldados estadounidenses en Irak han descendido dramáticamente en los últimos doce meses, según estadísticas del Pentágono, que revelan que en el último año 222 militares murieron en combate y otros 87 fallecieron en accidentes de tráfico, por suicidios o causas naturales.
Los 309 soldados fallecidos en 2008 contrastan con los 906 registrados el año anterior, 768 de ellos en combate y 138 por otros motives, mientras que las cifras de 2004, 2005 y 2006 se situaron por encima de los 800, según informa la cadena CNN.
Para el general Jeffrey Hammond, comandante de las fuerzas de la coalición en Bagdad, el descenso no se debe a un único esfuerzo sino a una combinación de factores, y al hecho de que el pueblo iraquí cada vez esté más cansado de tanta violencia y que las autoridades locales estén aplicando mejor las leyes.
