El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue reelecto el domingo con una aplastante mayoría que ratificó su carismático atractivo para las masas populares y opacó escándalos que sacudieron a su partido. Lula derrotó en la segunda ronda electoral al ex gobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), como habían vaticinado todas las encuestas previas de intención de votos. Con más del 99% de los sufragios escrutados, el mandatario obtenía un 60,8%, o 58,1 millones de votos, contra el 39,2%, o 37,4 millones de votos, de Alckmin, un médico de 53 años. Tras su proclamación, un eufórico Lula prometió más crecimiento económico para Brasil, con prioridad de distribución de renta en favor de los pobres, pero bajo el control de una rígida política fiscal. El Producto Bruto Interno (PIB) de Brasil se expandió un magro 2,3% en el 2005, en el peor desempeño de cualquier país de América Latina salvo Haití.
