El Gobierno boliviano denunció la existencia de un supuesto complot para asesinar al presidente, Evo Morales, organizado por la extrema derecha, que pretendía contratar a un campesino para asesinar al mandatario en una concentración en la región Chapare.
El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, explicó en una comparecencia pública que "hace algunas semanas, los organismos de inteligencia del Estado recibieron información sobre planes que se estarían trabajando en relación a un magnicidio que provendrían de organizaciones de extrema derecha", según declaraciones recogidas por la Agencia Boliviana de Información.
El supuesto crimen iba a llevarse a cabo en una concentración multitudinaria a la que debía asistir Morales, en el departamento de Cochabamba. A ella acudiría un campesino a sueldo de los opositores, quienes pretendían despistar a los servicios de seguridad bolivianos introduciendo en el complot a una persona ajena a su entorno.
