El primer ministro belga, el flamenco Ives Leterme, podría verse obligado a dimitir después de que un colaborador suyo intentara conseguir el respaldo de una juez al procedimiento empleado por el Ejecutivo belga para permitir la venta parcial del banco belga Fortis a la entidad francesa BNP Paribas, pese al rechazo de varios accionistas minoritarios de Fortis, informan los medios belgas.
A pesar de que Leterme reconoció ayer en una comparecencia parlamentaria que un miembro de su gabinete contactó varias veces con el marido de Christine Schurmans, una de las jueces del Tribunal de Apelación que estudiaban la querella de los accionistas minoritarios de Fortis, el primer ministro belga ha negado estar implicado en ningún soborno ni que haya violado el principio de separación de poderes.
Sin embargo, una carta escrita por el propio Leterme, dirigida al ministro de Justicia, Jo Vandeurzen, pone en entredicho su inocencia. En la misiva, remitida hoy por el primer presidente del Tribunal de Casación belga, máxima institución judicial del país, Ghislain Londers, al presidente de la Cámara de Diputados belga, Herman Van Rompuy, Leterme reconoce que el Gobierno belga "ha hecho todo lo posible para que la orden de la Cámara 18 del Tribunal de Apelación no se pronunciara" de manera negativa sobre la venta parcial de Fortis.