El fabricante sueco de vehículos industriales suspenderá su producción entre 20 y 25 días durante el primer trimestre de 2009 como consecuencia del deterioro de su cartera de pedidos, que registró un saldo negativo en los meses de octubre y noviembre.
La empresa destacó que el cese de actividad de sus plantas implica que no habrá ninguna producción, pero advirtió de que al mismo tiempo los costes laborales y otros gastos se mantienen, lo que genera una difícil situación para la corporación.
En los pasados meses de octubre y noviembre, los clientes de Volvo cancelaron más pedidos de los que solicitaron, lo que generó un saldo negativo en la cartera de pedidos. "Los clientes siguen siendo muy precavidos y en muchos casos aplazan sus decisiones de inversión ante la actual incertidumbre macroeconómica", añadió la compañía, que en los últimos meses ya se ha visto obligada a para sus fábricas durante semanas para evitar una acumulación de stocks.