Naciones Unidas ha sido incapaz de alcanzar un acuerdo para desplegar una fuerza militar internacional en Somalia lo que para los diplomáticos ya supone dejar al país africano a merced de sí mismo, pese a que el mes pasado el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, había abierto la puerta a un posible despliegue de unos 10.000 efectivos.
Ban indicó entonces que esta fuerza debería ir más allá de las habituales competencias de los 'cascos azules', que habitualmente supervisan una paz ya decretada y no combaten contra la insurgencia. En esta ocasión, sin embargo, el secretario general aludió a uan fuerza "altamente capaz, autosostenible y con plena capacidad para defenderse de amenazas enemigas".
Sin embargo, las fuentes consultadas por Reuters subrayaron que la petición de la ONU no ha contado con el respaldo de ningún país, ni siquiera de Turquía, en quien Ban había depositado parte de sus esperanzas por su potente Ejército y por contar, al igual que Somalia, con un alto número de población musulmana. "Nadie quiere ir a Somalia, es demasiado arriesgado", aseguró un diplomático. No obstante, un país se habría ofrecido a proveer apoyo logístico y económico a un hipotético despliegue, aunque ninguna fuente confirmó de qué Estado se trata.
