Irak aún necesitará la ayuda del Ejército estadounidense para colaborar en la formación de las fuerzas de seguridad locales, pese al acuerdo firmado por ambas partes que prevé el repliegue militar para dentro de tres años, según explicó ayer el portavoz del Gobierno local, Ali al Dabbagh.
No obstante, el portavoz aclaró que cualquier extensión de la presencia del Ejército norteamericano debería ser negociada en un futuro entre las autoridades iraquíes y las futuras administraciones en Washington. Estados Unidos e Irak firmaron recientemente el documento que regirá el despliegue a partir del próximo año y, como punto más importante, fija la salida para finales del año 2011.
"Consideramos que el Ejército iraquí no va a poder construirse en tres años. Necesitamos muchos más", recalcó Dabbagh, en una rueda de prensa celebrada en el Pentágono. Se trata de los primeros comentarios provenientes del Ejecutivo de Nuri al Maliki que abren la puerta a una potencial necesidad de las fuerzas norteamericanas.