El Gobierno brasileño anunció una serie de reducciones tributarias con las que se propone inyectar a la economía cerca de 3.900 millones de dólares, espolear el consumo y contener la amenaza que supone la crisis financiera global.
Las medidas fueron anunciadas por los ministros de Hacienda, Guido Mantega, y Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Miguel Jorge, tras una reunión que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva tuvo con una treintena de influyentes empresarios de los sectores más representativos de la economía nacional.
Durante ese encuentro, los representantes del sector privado le reiteraron a Lula su malestar con la alta carga tributaria, que en Brasil es cercana al 40 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), cuyo valor el año pasado fue de 1,32 billones de dólares. La respuesta del Gobierno a esas antiguas quejas se preparaba desde hace unas semanas, fue presentada hoy ante los empresarios y anunciada en rueda de prensa unas horas después.