Un tribunal de apelaciones estadounidenses dio portazo a las intenciones del Gobierno de George W. Bush de deportar a un ciudadano egipcio a quien buscan por un supuesto asesinato en su país de origen, ya que los jueces creen que podría sufrir torturas si finalmente se le repatría.
De esta forma, Smaeh Khouzam permanecerá en Estados Unidos a la espera de lo que decidan las instancias en materia de inmigración. Washington había enmarcado su extradición dentro de las "garantías diplomáticas" que, al menos en teoría, garantizan que las personas repatriadas no sufrirán vejaciones a su llegada, algo que según los tres magistrados encargados del caso no parece garantizado.
Khouzam, de 40 años, huyó a Estados Unidos en 1998 después de que las autoridades presuntamente intentasen torturarle para convertirle al islam, explicó el abogado de la Unión Americana de Libertades Civiles, Amrit Singh. A su llegada a territorio estadounidense fue detenido en base a una orden de arresto interpuesta desde El Cairo.