El principal motor de la economía estadounidense, el consumo, sigue sin retomar su ritmo anterior, y uno de los motivos es la persistente restricción del crédito. Sin embargo, según estima la analista de Oppenheimer, Meredith Whitney, la situación podría empeorar en los próximos 18 meses, periodo en el que cree que la industria de servicios de pago recortará en hasta 2 billones de cuentas asociadas a tarjetas de crédito.
Así, la experta considera que la liquidez disponible a través de tarjetas de crédito, la segunda fuente de financiación en el país, "caerá en torno a un 45%", debido a la mayor aversión al riesgo de las entidades financieras.
En concreto, Bank of America,. Citigroup y JP Morgan, que sumaban casi la mitad de los depósitos con tarjeta de crédito de Estados Unidos a 30 de septiembre, están estudiando la posibilidad de reducir su exposición a las tarjetas de crédito o bien frenar el crecimiento de este servicio.
"Restringir el crédito cuando el desempleo se está incrementando en un 50% interanual en la mayoría de los estados principales es una combinación peligrosa y sin precedentes", subraya Whitney en su informe.