La economía española registró en el tercer trimestre un retroceso del 0,2% con respecto al trimestre anterior, el primero en quince años, según la previsión del Banco de España.
En su boletín de octubre, el organismo supervisor explica que esta caída intertrimestral ha hecho que el crecimiento interanual del Producto Interior Bruto (PIB) fuera sólo del 0,9%, la mitad que el registrado en el segundo trimestre.
La fuerte moderación de la demanda interna -consumo e inversión- que sólo creció tres décimas (frente a los 1,5 puntos del segundo trimestre), explican este debilitamiento de la economía, aunque también ha sido clave la persistencia de la inestabilidad en los mercados financieros.