El Gobierno estadounidense está estudiando la posibilidad de destinar casi 40.000 millones de dólares para tratar de aminorar las ejecuciones hipotecarias, que se han incrementado enormemente en los últimos meses.
Según recoge el Wall Street Journal, Sheila Bair, presidenta de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, va a proponer ante una comisión del Senado que se den incentivos financieros a los bancos para convertir los préstamos problemáticos en hipotecas más asequibles. Para ello, el Gobierno asumiría parte de las pérdidas que registraran estas hipotecas.
Esta medida se sumaría a la anunciada la semana pasada, que contempla la posibilidad de usar parte de su fondo de rescate de 700.000 millones de dólares para comprar y renegociar hipotecas directamente, de acuerdo a lo publicado por el rotativo.