El presidente francés, Nicolas Sarkozy, quiere aprovechar la crisis financiera para mantenerse como presidente de la Unión Europea más allá de los seis meses de mandato que le corresponden, al menos entre los países de la eurozona, a los que aspira a dirigir hasta 2010, según publica hoy el periódico Le Monde citando a fuentes del Elíseo.
Los planes de Sarkozy parten del diagnóstico de que, al no entrar en vigor el Tratado de Lisboa por el "no" en el referéndum irlandés, la UE no contará con un presidente permanente, como estaba previsto. Seguirán sucediéndose las presidencias rotatorias cada seis meses: el 1 de enero de 2009 asumirán las riendas de la UE los euroescépticos checos Vaclav Klaus y Mirek Topolanek, y a continuación le corresponderá el turno a Suecia, que también está fuera de la eurozona.
Además, la Comisión se encontrará al final de su mandato. En estas condiciones, Francia considera que sería imposible encontrar una respuesta europea coordinada a problemas como la invasión de Georgia por parte de Rusia o la crisis financiera.