El Gobierno británico no presionará al Banco de Inglaterra para que reduzca sus tipos de interés, sino que será flexible con la política económica para aliviar el impacto de la crisis crediticia, ha dicho el ministro de Finanzas, Alistair Darling.
En declaraciones a la cadena BBC el domingo, Darling afirmó que el Gobierno también que estaba dispuesto a ayudar a cualquier otro banco afectado por la crisis financiera, que según economistas está llevando a Reino Unido a su primera recesión desde inicios de los noventa.
"No escribiré al Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) para que cambie sus objetivos", sostuvo Darling, en respuesta a una demanda de un respetado político de la oposición para que el Gobierno pida al banco central que baje los tipos.