El diálogo entre el gobierno boliviano y la oposición "no ha muerto, pero está en agonía", afirmó este martes el prefecto de Tarija, Mario Cossío, al denunciar la falta de condiciones para proseguir con la búsqueda de la pacificación del país.
"El diálogo aún no ha muerto, pero está en agonía", dijo Cossío en una rueda de prensa en el aeropuerto de Santa Cruz de retorno a Tarija, tras quedar en suspenso una negociación en curso con el Ejecutivo.
El prefecto de Tarija negoció en La Paz con el vicepresidente Alvaro García las bases para un acuerdo que permita zanjar la crisis política boliviana, exacerbada la última semana por la violencia con un saldo total de 18 muertos.
Cossío, que negociaba el acuerdo a nombre de sus pares de Santa Cruz, Beni, Pando y Chuquisaca, responsabilizó al gobierno de bloquear las gestiones de paz, al decretar un estado de sitio en el departamento de Pando, en el extremo norte y fronterizo con Brasil.