Los principales bancos centrales del mundo inyectaron el martes enormes cantidades de fondos adicionales a los mercados financieros por segundo día consecutivo, para contener las repercusiones de la crisis que está golpeando a las mayores firmas de Wall Street.
Desde Sídney a Fráncfort, los bancos centrales inyectaron miles de millones de dólares de fondos de emergencia para evitar la paralización de los mercados monetarios, pero ni siquiera eso pudo evitar un incremento del coste de los préstamos entre bancos, en ocasiones hasta niveles no vistos ni siquiera cuando la crisis mundial de crédito comenzó en agosto de 2007.
Las bolsas ampliaron sus pérdidas, con el índice europeo FTSEurofirst llegando a caer a un mínimo de tres años, mientras los inversores se ponían nerviosos por lo que pasaba en Wall Street, donde Lehman Brothers, en su día considerado demasiado grande para caer, se declaró en quiebra el lunes, y donde otro gigante, la aseguradora AIG, buscaba ayuda para sobrevivir.