La calma empezaba a restablecerse paulatinamente en Bolivia este lunes tras casi una semana de violencia que dejó al menos 18 muertos y amenazó al gobierno de Evo Morales: la oposición y el oficialismo reanudaron el diálogo, en momentos en que los presidentes sudamericanos se reunían en Santiago buscando soluciones a la crisis boliviana.
Cuando la confrontación parecía inevitable, la oposición y el gobierno acordaron reanudar el diálogo que fue instalado la noche del domingo en el presidencial palacio Quemado de La Paz y que podría culminar entre lunes y martes.
El gobierno boliviano y un representante de los cinco prefectos opositores esperan firmar un documento para sentar las bases de un acuerdo nacional para superar la crisis política, informó el viceministro de Descentralización, Fabián Yaksic.