Abdul Rasaq, un líder talibán murió ayer a manos de las fuerzas británicas mientras que, Mulá Rahim, comandante jefe de los milicianos en la provincia de Helmad, en el sur de Afganistán, se rindió a las autoridades paquistaníes, lo que se cree que es un duro golpe para el grupo miliciano, informó el Ejército británico en un comunicado.
Rahim se entregó después de que las fuerzas británicas terminasen con otros dos líderes talibán en las últimas tres semanas. Horas después de su rendición, Rasaq, también conocido como "Mulá Sheikh", murió por el impacto de un misil británico 15 kilómetros al norte de la localidad de Musa Qala, en Helmand. Otros tres insurgentes murieron también en el incidente.
Rasaq encabezaba las acciones de los talibán en los alrededores de Musa Qala. "La estructura de liderazgo de los talibán ha sufrido un duro golpe", comentó el portavoz de las Fuerzas Armadas de Reino Unido, Robin Matthews.