Los griegos votan hoy conscientes de que algo va a cambiar a partir de mañana: unos miran el cambio con recelo y muchos con esperanza, a tenor de las encuestas divulgadas durante la campaña electoral.
Durante el proceso previo a las urnas, el lema de la gubernamental Nueva Democracia ha sido "continuidad o aventura", mientras que el de la izquierdista Syriza fue "esperanza o estancamiento".
Las encuestan daban a Syriza entre el 30 y el 36 por ciento de los votos, mientras que para Nueva Democracia entre el 20 y el 28 por ciento.
Tsipras votó en medio de una multitud de cámaras, sobre todo de medios internacionales, y de simpatizantes, que le jalearon en todo momento con gritos de "Llegó la hora del cambio y de la izquierda" y "Syriza: podemos y venceremos".
"Si le dejan y no le pone la zancadilla el uno por ciento que gobierna este país, Tsipras puede convertirse en la estrella de Grecia y de Europa", comentó una de sus seguidoras que votó en el mismo colegio.