
El Banco de Inglaterra tendrá que ser veloz como el rayo si Escocia vota hoy por la independencia. El resultado definitivo de un referéndum histórico debería conocerse en algún momento a partir de las 0500 GMT del 19 de septiembre.
Las encuestas dan como perdedores a los pro-secesionistas por un estrecho margen, lo que hace que los mercados mantengan la tranquilidad. Si el resultado es el contrario, inversores y ahorradores buscarán palabras de calma en el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney.
En la última gran crisis, el banco central fue lacónico. Después de que Lehman Brothers quebrase en septiembre de 2008, declaró: "Se supervisarán cuidadosamente las condiciones de los mercados monetarios de la libra y se adoptarán las medidas apropiadas en caso de ser necesarias para estabilizar esos mercados.
Esta vez podría verse tentado a hacer algo más. Pero el mayor riesgo -que haya una fuga de depósitos en los negocios escoceses de Royal Bank of Scotland <RBS.L> y Lloyds Banking Group <LLOY.L> y en Clydesdale hacia rivales ingleses- se ha reducido mucho.
La declaración de la semana pasada realizada por los principales bancos escoceses de trasladar su sede a Londres en caso de un voto secesionista les pondría bajo un gobierno con los recursos de rescatarles en una crisis. Y los ahorradores no tendrían motivos para hacer nada.