
Los Gobiernos de Reino Unido y de Escocia iniciarán las negociaciones para transferir poderes a Edimburgo una vez resuelto el referéndum sobre la independencia que se celebra mañana e independientemente del veredicto de las urnas, ya que incluso de no vencer el 'sí', el aparato institucional de Westminster se ha comprometido a comenzar las conversaciones el mismo 19 de septiembre.
En un intento de atraer a los indecisos, quienes según las encuestas tienen la llave de la votación, el bando Better Together (Mejor Juntos) ha reformulado su estrategia para sustituir el alarmismo inicial ante la perspectiva de la separación por un nuevo enfoque basado en que el "cambio real" es votar 'no', puesto que esta opción dará paso a un autogobierno "sin precedentes" en los más de 300 años de unión entre Escocia e Inglaterra.
Con el recobrado protagonismo del exprimer ministro Gordon Brown como catalizador, los partidarios de la continuidad han propuesto un calendario de trabajo para dar credibilidad a su compromiso que se abriría con la constitución de las comisiones responsables de la negociación. Éstas se encargarían de analizar los poderes susceptibles de traspaso, entre los que destaca el control de la política tributaria y del gasto y más capacidad de decisión en materia de bienestar.
A partir de ahí, Londres presentaría a finales de noviembre un Libro Blanco con sus propuestas, que pasaría a ser debatido en profundidad para permitir, ya a finales de enero, presentar la legislación ante la Cámara de los Comunes, para proteger así la disposición de todo el arco parlamentario británico antes de las generales, previstas para 2015.