
El papa Francisco se reunió en Seúl con una docena de líderes de diferentes religiones en su última jornada de una visita de cinco días a Corea del Sur, que concluirá con una misa por la paz y la reconciliación en la catedral de la capital.
El pontífice se citó en una sala de la catedral de Myeongdong con líderes de las dos principales órdenes del budismo -la religión con mayor número de fieles en el país- y con los del resto de religiones con presencia importante en el país, como protestantes, ortodoxos y confucianistas.
"La vida es un camino largo pero que no se puede caminar solo", comentó Francisco en un breve discurso a sus interlocutores, a los que agradeció el "gesto de caminar juntos como hermanos en la presencia de Dios" y les pidió que recen por él.
El encuentro comenzó con saludos e intercambios de palabras entre el papa y cada uno de los líderes, que le entregaron cruces y otros obsequios.
Tras la primera cita de hoy, Francisco oficiará en la catedral la misa por la paz y la reconciliación, la última ceremonia religiosa que pondrá fin a su visita a Corea del Sur.
Aproximadamente un millar de personas asistirán a esta misa, a la que están invitados 700 miembros y empleados de las 16 diócesis de Corea del Sur, mientras los feligreses concentrados en el exterior a pesar de la lluvia podrán ver la ceremonia en una gran pantalla.
Entre los invitados especiales se cuentan, entre otros, la presidenta Park Geun-hye, 50 estudiantes de secundaria -"el futuro de la Iglesia y la sociedad" según los organizadores-, 8 inmigrantes que representan a las familias multiculturales y 7 ancianas víctimas de la esclavitud sexual del Imperio Japonés durante la II Guerra Mundial.