La Comisión Europea ha acusado a la alemana E.ON y a la gala Gaz de France de compincharse para mantener respectivamente su dominio sobre los mercados de gas en Alemania y Francia. De esta forma, la posibilidad de trocear ambos grupos cobra fuerza: expedientes similares del organismo comunitario han forzado a E.ON ha renunciar a su red de alta tensión y a RWE a desprenderse de sus gaseoductos.