
La música siempre ha envuelto a la persona de Nelson Mandela y en la milenaria ciudad marroquí de Fez no podían ser otros que Youssou Ndour y Johnny Clegg los que rindieron homenaje a ritmo de percusiones al fallecido líder sudafricano.
Una quincena de músicos ataviados con túnicas de diversos colores, entre ellos cuatro percusionistas, un saxofonista, tres teclados, guitarra y bajo, acompañaron a la estrella de la noche: el cantante senegalés Youssou Ndour, que apareció en escena vestido de un blanco inmaculado.
El rey del Mbalax, como se conoce a la música senegalesa moderna, tocó en un escenario que tenía como fondo la espectacular puerta de Bab Al Makina, construida en 1886 bajo el reinado de Moulay Al Hassan.
Desde el primer momento de su llegada a escena, Ndour, actual ministro de Cultura y Turismo de Senegal y cantante de fama internacional con más de 20 millones de discos vendidos, levantó al público de sus asientos al grito de "Vamos a cantar, vamos a bailar".
Dejó en varias ocasiones el protagonismo a sus músicos, que cantaron y con una sonrisa contagiosa y permanente bailaron enérgicamente al más puro ritmo africano llenando el lugar de un ambiente festivo.
El selecto público extranjero del Festival de Fez de Músicas Sacras del Mundo, cuyos conciertos en Bab Al Makina son de pago lo que hace que se excluya a la clase popular marroquí, se abandonó de lleno al carisma de este hombre al que se le caracteriza por su apoyo a las buenas causas.