
El secretario de Estado norteamericano John Kerry llegó a Vietnam para su primera visita como jefe de la diplomacia estadounidense a un país donde combatió durante la guerra, exhortando a Hanoi a respetar los derechos humanos.
Este viaje, en el que la próxima escala será Filipinas, forma parte de la estrategia de reequilibrio de la política exterior estadounidense hacia la zona de Asia Pacífico promovida por el presidente Barack Obama.
John Kerry, católico practicante, aterrizó en Ciudad Ho Chi Minh (sur), la capital económica del país, donde asistió a una misa en la catedral de Nuestra Señora de Saigón, un gesto dirigido a las autoridades, a las que se les acusa de poner trabas a las libertades religiosas.
"No conozco dos países que hayan hecho más esfuerzos, y que hayan logrado de mejor manera acercarse para cambiar la historia, y cambiar el futuro", dijo Kerry ante un grupo de estudiantes, empresarios y periodistas en la ex Saigón.
En la antigua Saigón, que cayó en abril de 1975 en manos de la comunista Vietnam del Norte, John Kerry saludó la transformación económica "extraordinaria" de Vietnam desde la normalización de las relaciones hace dos décadas entre ambos países, cuyos intercambios comerciales se multiplicaron por 50 entre 1995 y 2013.
"Vietnam tiene potencial para convertirse en uno de los principales socios económicos de Estados Unidos en la región", agregó el diplomático.
Kerry consideró sin embargo que una "sociedad más abierta" contribuye a la prosperidad de un país. "Estados Unidos llama a los dirigentes (vietnamitas) a aprovechar la oportunidad y proteger los derechos individuales", dijo.
Varios diputados estadounidenses y la ONG Human Rights Watch le había pedido a Kerry que abordara también la cuestión de los derechos humanos, y le sugirieron que condicione la participación de Vietnam en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) -una zona de libre comercio de doce países de Asia Pacífico-, a sus avances en este terreno.
La guerra de Vietnam, un "error"
La última vez que Kerry viajó al país comunista fue el año 2000, cuando era senador, con el presidente Bill Clinton.
Desde que tomó sus funciones de jefe de la diplomacia en febrero planeaba volver a Vietnam, donde la experiencia de la guerra (1956-1976), en la que Kerry sirvió a finales de los años 60, dio lugar a su compromiso político.
Con 27 años, en abril de 1971, intentó convencer al Senado de que Estados Unidos no tenía nada que hacer en Vietnam: "¿Cómo pueden pedir a un hombre que sea el último en morir en Vietnam (...), en ser el último en morir por error?", preguntó entonces.
La primera vez que volvió a Hanói fue en 1991, en condición de miembro del Congreso.
Kerry también prevé visitar el delta del Mekong para mostrar cómo "estadounidenses y vietnamitas pueden colaborar sobre cuestiones climáticas tales como el calentamiento climático".
China, "cada vez más agresiva"
Tras entrevistarse en Hanói con el primer ministro, Nguyen Tan Dung, y con su homólogo, Pham Binh Minh, Kerry se dirigirá a Filipinas, donde visitará Tacloban, en el centro del archipiélago y destrozado a principios de noviembre por el tifón Haiyan, que dejó más de 6.000 muertos y 2.000 desaparecidos.
Kerry visitará la zona para "ver de primera mano los esfuerzos de reconstrucción", a los que Estados Unidos, aliados de Filipinas, ha contribuido ampliamente.
"En el contexto de reequilibrio hacia Asia Pacífico, el sudeste asiático reviste una especial importancia y el viaje del secretario de Estado a Vietnam y a Filipinas quiere demostrar que el compromiso de Estados Unidos allí es duradero", explicó el Departamento de Estado.
La región es escenario de acentuadas tensiones entre China y sus vecinos, entre ellos Vietnam y Filipinas, por la soberanía de islotes en el mar de China.
Barack Obama tenía previsto participar en la cumbre de la APEC (Asia Pacífico) en Bali y de la ASEAN (Sudeste asiático) y el Este de Asia en Brunei, pero anuló estas citas por la crisis presupuestaria en EEUU.
La visita de Kerry es una oportunidad para "compensar" la ausencia de Obama en estas cumbres, en una región "desestabilizada por la actitud cada vez más agresiva de China", consideró Jonathan London, especialista en Asia de la City University de Hong Kong.