La agencia de calificación crediticia considera que el compromiso adquirido por la eléctrica francesa de invertir 35.000 millones de euros entre 2008 y 2010 ha puesto a la compañía en una situación de "flexibilidad financiera limitada". Por otra parte, S&P ha mantenido por ahora los rating de EDF, participada por el Estado galo, sin cambios porque considera que la posible oferta de adquisición de British Energy y las condiciones de este acuerdo son aún "inciertos", aunque los revisará a la baja en caso de que se materializase la compra y ésta afectase a su fortaleza crediticia.