
Miles de personas, en su mayoría musulmanes, manifestaron en las calles de Montreal en rechazo a un proyecto para prohibir a los trabajadores públicos el uso de prendas religiosas en la provincia canadiense de Quebec.
La prohibición de lucir turbantes, chadors y otras prendas religiosas es parte de una propuesta para reformar la "Carta de Valores" de la provincia francófona.
"¡No a la Carta!", "¡Quebec no es Francia!", gritaban los manifestantes en alusión a una ley similar que está en vigor en ese país desde hace más de dos años.
La reforma, que en breve será enviada al parlamento local, desató un fuerte debate desde que hace pocas semanas la prensa comenzó a filtrar algunos de sus detalles.
La misma prevé prohibir a los trabajadores públicos lucir "símbolos religiosos llamativos", como chadors, turbantes, kipás, y grandes cruces en el trabajo, aunque permite cierta joyería religiosa siempre y cuando "no sea muy visible".
La propuesta también requiere que aquellas personas que se presenten a los mostradores del estado "dejen sus rostros completamente visibles", una medida destinada a prohibir la vestimenta que cubre de pies a cabeza a las mujeres musulmanas.
El ministro de la provincia encargado del asunto, Bernard Drainville, dijo recientemente que quitar la vestimenta religiosa ayudaría a proporcionar a los quebequenses un mayor sentido de unidad.
La propuesta también procura impulsar "la neutralidad religiosa del estado", agregó.
"La mejor forma de respetar a todos los quebequenses es respetar todas las creencias y todas las religiones, es que el estado no tenga religión", dijo Drainville.
Esa neutralidad, sin embargo, no se aplica al crucifijo que adorna la cámara principal de la Asamblea Nacional desde 1936, la que permanecerá en honor a la "herencia cultural" de la provincia, señaló.
El proyecto ha despertado fuertes críticas, incluso de parte de una cantidad de políticos federales, incluyendo el titular de la oficina canadiense que maneja los asuntos de multiculturalismo.
El ministro de Empleo, Desarrollo Social y Multiculturalismo, Jason Kenney, se dijo "muy preocupado" por estas medidas que "limitarán la capacidad de algunos canadienses de participar en nuestra sociedad, y que afectarían la práctica de su fe".