
El gobernante Partido Popular Camboyano (CPP) ha ganado en 19 de las 24 provincias del país las elecciones legislativas que se celebraron el pasado 28 de julio, según los primeros resultados oficiales, anunciados por el Comité Electoral Nacional (CEN).
La noche electoral, el Gobierno ya reivindicó la victoria en las urnas del PPC, asegurando que había conseguido 68 de los 123 escaños del Parlamento, una fuerte caída si se compara con los 90 obtenidos en los últimos comicios.
Por su parte, el opositor Partido de Rescate Nacional de Camboya (PRNC) casi dobló el número de votos obtenidos en las anteriores elecciones, hasta alcanzar los 55 legisladores, de acuerdo con las cifras del Gobierno de Hun Sen.
Para aprobar el nuevo Ejecutivo, se necesita alcanzar un quórum de 120 legisladores --de un total de 123--, por lo que el PRNC podría retrasar la formación del Gobierno.
El líder del PRNC, Sam Rainsy, ha denunciado la desaparición de más de 1,3 millones de votos, la intimidación a la oposición durante la campaña electoral y su falta de acceso a los medios de comunicación, por lo que ha solicitado una investigación internacional por fraude electoral.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han manifestado su preocupación por las irregularidades electorales, pero han subrayado que la investigación, de llevarse a cabo, debe estar a cargo de las autoridades camboyanas.
El Gobierno ya se ha negado. "Tenemos alrededor de 10.000 observadores nacionales y más de 100 observadores internacionales que han evaluado nuestras elecciones y han asegurado que se han llevado a cabo de manera pacífica, libre y justa", dijo el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Ouch Borith.
SITUACIÓN EN CAMBOYA
El incremento de la exportación textil y los grandes flujos de subvenciones e inversión china han permitido un enorme crecimiento en el país que, sin embargo, ha ido acompañado de un aumento en la tensión social.
Las manifestaciones son habituales, y en ocasiones violentas, en torno a la cuestión de los salarios y las condiciones de los trabajadores del textil, así como sobre los derechos de las tierras en un país de 14 millones de habitantes, donde un tercio de la población vive con menos de 65 céntimos de dólar diario.
Varias ONG en defensa de los Derechos Humanos han asegurado que el sistema electoral camboyano es extremadamente parcial, y que favorece al partido gubernamental. Transparencia Internacional ha dicho que está "muy preocupada por la privación de derechos de ciudadanos y votantes".