Los futuros sobre los principales barriles de petróleo han reaccionado inmediatamente a los negativos datos de reservas de combustibles y crudo en EEUU. El descenso de los inventarios de gasolina ha hecho reaparecer la figura fantasmagórica del desabastecimiento del mercado: el peor de todos los temores, que nunca llega. El Brent ha girado al alza y se dispara por encima de los 74 dólares; el West Texas toma el mismo rumbo, hasta 73,9 dólares.