El recién nombrado primer ministro chino, Li Keqiang, aseguro que la potencia asiática "no tiene otra alternativa que la de llevar a cabo reformas" de su modelo económico, que calificó como "el futuro de la nación".
"Para ello necesitaremos coraje, sabiduría y tenacidad", declaró Li en su primera rueda de prensa como primer ministro con preguntas pactadas con antelación, celebrada en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín tras la clausura de la Asamblea Popular Nacional (ANP), el Legislativo chino.
Flanqueado por sus cuatro viceprimerministros, nombrados ayer y entre quienes hay un joven reformista, Wang Yang, Li aseguró que "aún hay espacio para la mejora de la economía socialista", y destacó varias áreas en las que es necesario impulsar reformas.
Entre ellas, remarcó la necesidad de mejorar el sistema de la seguridad social y reducir las desigualdades económicas existentes entre la población china, sobre todo entre la urbana y la rural.
"Hay que garantizar que todo el mundo tiene acceso a la riqueza", dijo, y especificó que trabajará para cubrir las necesidad básicas de la ciudadanía, tales como la educación y las prestaciones médicas.