Haciendo malabarismo entre la política y los preparativos para la tormenta, Mitt Romney deslizó un pedido de bipartidismo ante los votantes que comenzaron a acudir a las urnas por adelantado en la Florida el sábado, mientras Barack Obama se esforzaba por asegurarse los cuatro votos electorales de Nueva Hampshire.
Ambas campañas trataban de mantener la claridad ante la mayor sorpresa de octubre, una supertormenta que azotaría la costa oriental de Estados Unidos.
Cuando quedan solo 10 días de contienda extraordinariamente reñid, el huracán Sandy puso en jaque a ambas campañas, que tuvieron que reajustar sus itinerarios cuidadosamente planeados mientras trataban de maximizar la participación de los votantes y evitar cualquier sugerencia de que ponen a la política antes que la seguridad pública.
Un correo electrónico que anunciaba que se había cancelado el mitin del vicepresidente Joe Biden en Virginia Beach, en la costa de Virginia, especificó que el cambio se debe a "un exceso de precaución para asegurar que todos los recursos locales de fuerzas del orden y de manejo de emergencias puedan mantenerse enfocados en garantizar la seguridad de la gente que pudiera recibir el impacto de la tormenta".
Romney canceló un mitin que tenía programado para el domingo en Virginia Beach, y sus asesores dijeron que también sopesaban suspender otros dos actos en otras partes del estado.
