Los combates marcaron una pausa por la noche en Alepo, en donde las tropas sirias lanzaron al alba una ofensiva para desalojar a los rebeldes de la segunda ciudad siria que seguía siendo sin embargo bombardeada por el ejército.
Un diluvio de fuego cayó al alba en esta metrópoli del noroeste del país de 2,5 millones de habitantes, bombardeada y ametrallada por los helicópteros del ejército sirio.
Intentaban tomar la comisaría del barrio de Salhin, situada en un cruce estratégico cuya conquista permitiría a los rebeldes conectar el barrio de Salahedin al de Sahur, también bajo su control, y así unir sus fuerzas.
Los rebeldes afirmaron que las fuerzas del régimen no progresaron y que perdieron tanques. Las carcasas de varios tanques y blindados así como los cuerpos de unos quince soldados y rebeldes.
Al menos 29 personas diez soldados, ocho rebeldes y once civiles- murieron desde el comienzo de la ofensiva, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) que adelantó la cifra de 20.000 muertos desde que comenzaron las protestas contra Bashar al Asad en marzo de 2011, de los cuales 14.000 civiles.