El diminuto principado alpino de Liechtenstein está realizando un referendum para contener el poder del príncipe heredero Alois.
Actualmente él puede disolver el gobierno y vetar cambios políticos.
Las cosas llegaron a un punto crítico el año pasado durante un referendum para relajar la estricta prohibición del aborto.
Como católico devoto, el príncipe había amenazado con vetar cualquier cambio, una postura que según corresponsales desanimó a algunas personas de votar.
Los corresponsales destacan que incluso si el electorado vota para retirarle el veto, él podría vetar el resultado del referendum.
Quienes se oponen al cambio advierten que el príncipe podría irse si se siente ofendido, llevando consigo su negocio como dueño del banco más grande del país