En Los Ángeles se llevó a cabo el funeral de Rodney King, el ciudadano afroamericano cuya golpiza por parte de oficiales de policía blancos fue el detonante para los disturbios de 1992 en la ciudad.
En su servicio funerario, King fue recordado como un hombre indulgente que nunca mostró amargura hacia los policías que lo golpearon.
King, quien tenía 47 años, fue encontrado muerto hace dos semanas en su piscina en Los Ángeles.
El video de su golpiza en 1991 fue transmitido en noticieros televisivos y causó una indignación pública en Estados Unidos.
La absolución de los oficiales provocó los disturbios, en los que más de 50 personas murieron.