El Gobierno de Guatemala instaló dos nuevas bases militares, una de ellas en la zona fronteriza con México, y anunció la creación de otras nueve en plazo de un año, en el marco de su política de seguridad y combate al narcotráfico.
Las dos nuevas bases castrenses fueron inauguradas por el presidente del país, el general retirado Otto Pérez Molina, en el marco de la celebración del 141 aniversario de la fundación del Ejército, una jornada en la que también fueron ascendidos al grado inmediato superior más de 100 oficiales.
La primera de esas unidades, la Brigada Especial de Operaciones de Selva, esta ubicada en el norteño departamento de Petén, fronterizo con México, y tendrá como principal misión combatir a los narcotraficantes que operan en esa zona.
Según la información oficial, contará con un comando de "kaibiles", unas fuerzas especiales que son señaladas de haber cometido masacres y violaciones a los derechos humanos durante la guerra interna que vivió el país entre 1960-1996 y dejó unas 250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos.
La otra unidad es la Segunda Brigada de Policía Militar y ha sido instalada en la población de Juan Sacatepéquez, 35 kilómetros al noroeste de la capital, donde desde hace dos años existe un serio conflicto social debido a la oposición de los pobladores a la instalación de una fábrica de cemento de propiedad privada.
Pérez Molina aprovechó el acto para públicamente instruir al Ministro de la Defensa para que "en los próximos doce meses" instale en diversos puntos del país al menos nueve bases militares más, a fin de "incrementar las capacidades del Estado para combatir el narcotráfico y el crimen organizado".
Cerca del 80 % de la cocaína que llega a México desde Suramérica con destino a Estados Unidos hace escala en un país de Centroamérica, con Guatemala y Honduras como principales puntos de entrada, según un informe estadounidense difundido el pasado marzo.