El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, defendió hoy la necesidad de que su país continúe con el mismo rumbo en las reformas económicas y de ajustes llevados a cabo por su Gobierno en el balance sobre el primer año de su mandato.
"Los resultados alcanzados después de un año muestran que el camino que trazamos se está asentando con determinación y que los objetivos se están alcanzando", aseguró en un discurso en el Palacio de Ajuda de Lisboa.
El primer ministro conservador insistió en que seguirá con su programa de privatizaciones y garantizará la aplicación de la reforma laboral, además de proponer otras como la de la justicia, de la administración local y del Estado.
Pero fue contundente al remarcar que la salida a la crisis sigue siendo la misma para su Gobierno, ya que en su opinión "no hay forma de vencer una crisis" sin "problemas sociales o políticas restrictivas".
"Si unos aspectos van mejor u otros peor, no significa que no estemos caminando en la dirección correcta y que los resultados no sean globalmente positivos", apuntó.
En contrapartida, reconoció que el Gobierno es al mismo tiempo "consciente" de las "enormes dificultades y los riesgos asociados" a ese camino trazado.
Lamentó los "desequilibrios" que vive el país, pero los explicó desvinculándolos de las decisiones tomadas por su Gobierno y apuntó a los años de excesos y errores del pasado.
Para Passos Coelho, ese déficit hace inevitable seguir el camino de la austeridad y los ajustes, a los que el Estado luso se ha visto comprometido por el rescate internacional de 78.000 millones de euros que pidió en 2011.
Portas resaltó la "credibilidad" externa de Portugal, en comparación con la de Grecia, y la atribuyó al compromiso y a la estabilidad del Gobierno luso.
"Recibimos un país al borde del precipicio. La obligación que tenemos es conseguir reformar con el apoyo de los portugueses para que sea un país libre, autónomo y soberano", dijo.
Passos Coelho agradeció también el apoyo del CDS-PP, que le permite contar con mayoría absoluta en el Parlamento, un día antes de que se presente la primera moción de censura en la Asamblea contra su Gobierno.
La principal fuerza de la oposición, el Partido Socialista (PS), anunció la semana pasada que se abstendrá, por lo que la mayoría absoluta con la que cuenta el Ejecutivo conservador evitará que prospere esa moción.