El gobierno uruguayo llamó a consultas a su embajador en Asunción, Enrique Fischer, para conocer su opinión sobre la crisis que vive Paraguay después de la destitución de Fernando Lugo en el juicio político al que fue sometido en el Senado de la nación sudamericana.
El canciller uruguayo, Luis Almagro, calificó de "juicio sumario" el proceso contra el expresidente Lugo y afirmó que no tuvo "las garantías esenciales del debido proceso".
En un comunicado publicado por la Cancillería, las autoridades uruguayas abogan por que "Paraguay convoque lo antes posible a su pueblo para elegir autoridades".
La decisión uruguaya replica la de las autoridades brasileñas y se conoce después de que el gobierno argentino anunciase la retirada de su embajador en Paraguay por "la ruptura del orden democrático" en el país vecino.
Tras la destitución de Lugo, Federico Franco, que hasta entonces era su vicepresidente, fue investido como presidente.