La derecha proeuropea griega se impuso a la izquierda radical y quedó en condiciones de formar un nuevo gobierno de coalición con los socialistas tras las elecciones legislativas del domingo, alejando el espectro de una salida del país de la Eurozona.
Los conservadores de Nueva Democracia (ND), de Antonis Samaras, obtuvieron un 29,96% de los votos, lo cual les asegurará 130 escaños de los 300 del Parlamento, según resultados basados en datos parciales difundidos por el ministerio del Interior. La desproporción entre porcentaje de votos y número de escaños se debe a que la Constitución atribuye 50 asientos suplementarios al partido que queda en primera posición.
En segundo lugar, con 26,65% y 71 escaños, quedó la formación de izquierda radical Syriza, de Alexis Tsipras, que denuncia los ajustes impuestos a Grecia a cambio de los rescates financieros otorgados por la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Europa y el mundo, empezando por los líderes de las potencias industrializadas y emergentes (G20) que se reunirán el lunes y el martes en México, siguieron con particular atención estos comicios, cruciales para Grecia pero también para el futuro de la Eurozona, cuya crisis amenaza la economía mundial.
Estados Unidos se congratuló por los resultados.
"Como el presidente (Barack) Obama y otros líderes mundiales han dicho, creemos que está en el interés de todos que Grecia permanezca en la zona euro respetando a la vez su compromiso con la reforma", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Los griegos votaron por segunda vez en seis semanas, dado que en los comicios del 6 de mayo los partidos proeuropeos no alcanzaron la mitad de los escaños y ninguno logró pactar alianzas para formar gobierno.
Socialistas y conservadores ya formaron un gobierno de coalición tras la renuncia del socialista Giorgos Papandreu en noviembre de 2011. Ese gabinete tuvo a cargo negociar un segundo plan de rescate internacional.
El primer plan de rescate, de 110.000 millones de euros, acordado en mayo de 2010, resultó insuficiente ante el volumen de la deuda pública griega, que suma un 165% de su PIB. El segundo rescate, de 130.000 millones, se completó con una reestructuración de la deuda en manos de los bancos privados y fondos de pensión. Todas esas ayudas totalizaron 347.000 millones de euros.