
En la jornada de reflexión, Tsipras, durante una comida con sus colaboradores, sonreía pero su rostro denotaba la preocupación de quien sabe que tiene una oportunidad pero que es fácil que el domingo se les escape de las manos: “"Somos optimistas. Puede que ganemos pero no va a ser fácil”", ha reconocido.
La pugna está entre él y Samaras, el líder del partido conservador Nueva Democracia, una opción segura para Europa, desde el punto de vista del sistema, un valor seguro.
También nos ha dicho que quiere mandar un mensaje de esperanza a otros países como España: “"Hay otras maneras de salir de la crisis, no sólo con ajustes".