Partidarios del ex dictador chileno Augusto Pinochet le rindieron homenaje este domingo, en medio de fuertes protestas de sus detractores que volvieron a mostrar las gruesas divisiones que genera su figura a casi 40 años del golpe de Estado que instaló su régimen.
Violentas protestas se registraron en las inmediaciones del teatro Caupolicán, en el centro de Santiago, el sitio escogido por los partidarios del ex dictador para rendir un homenaje a su figura a través de la exhibición del documental "Pinochet", del realizador Ignacio Zegers.
Unos 3.000 detractores del ex dictador se agolparon en las cercanías del teatro para impedir primero el ingreso de los asistentes y luego manifestarse contra su figura, al grito de "¡Asesino, asesino!".
Al acto no asistió ningún político de la derecha oficialista que dio sustento ideológico a la dictadura pero que hoy ha optado por desligarse de la figura de Pinochet.
De hecho este domingo, en una entrevista con Televisión Nacional de Chile, el ex miembro de su régimen y actual portavoz del gobierno de Sebastián Piñera, Andrés Chadwick, señaló estar arrepentido de haber apoyado la dictadura.
"Hay una situación que sí me arrepiento, que es la violación brutal a los derechos humanos que se efectuó en el gobierno militar y de eso tengo un profundo arrepentimiento de haber sido partidario de un gobierno donde esos hechos sucedían", señaló el vocero oficial, miembro de la ultra conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI).
Como invitados especiales asistieron al homenaje Miguel Méndez, nieto de Blas Piñar, ex ministro del ex dictador español Francisco Franco (gobernó entre 1939 y 1975), Jaime Alonso, uno de los abogados querellantes contra el juez español Baltasar Garzón, -que logró la detención de Pinochet en Londres en 1998-, y Joseph Torres, presidente de la juventud cubana en el exilio.
Al final del acto, los asistentes tuvieron problemas para abandonar el recinto. La mayoría esperó largo rato hasta que se dispersaran las manifestaciones, mientras que otros salieron en autobuses escoltados por la policía.
Los enfrentamientos volvieron a mostra la división que la figura de Pinochet genera todavía en Chile a casi 40 años del golpe de Estado que instaló su dictadura y más de dos décadas desde el retorno a la democracia.
"Son irrupciones de memoria. Los recuerdos de la dictadura son como un volcán, que está ahí siempre, pero a veces muestra su fuerza y nos amenaza con su violencia", explicó a la AFP el politólogo Patricio Navia.
"Sabemos que estas divisiones están todavía presentes, pero cada vez son más aisladas e involucran menos personas", agregó.