
El nuevo jefe de la oposición siria aseguró el domingo que el régimen de Bashar al Asad está "en las últimas", por lo que llamó a la desobediencia civil y a la defección de los funcionarios, en medio de la espiral de violencia que el fin de semana se cobró 171 vidas.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal coalición de la oposición al régimen de Asad, decidió elegir como nuevo jefe al kurdo Abdel Baset Sayda, exiliado desde hace años en Suecia, por su reputación de moderado, a pesar de ser un desconocido y de su falta de experiencia política.
"Entramos en una fase delicada. El régimen está en las últimas. Las masacres que se multiplican y los bombardeos muestran que está luchando por sobrevivir", dijo poco antes a la AFP el nuevo líder del CNS, un organismo que reúne a islamistas, liberales, nacionalistas, independientes y militantes en el terreno.
"Según las informaciones que tenemos, el régimen perdió el control de Damasco y de otras ciudades", añadió Sayda sin dar más precisiones. Los combates se han intensificado recientemente en la capital, que sin embargo sigue siendo la ciudad mejor protegida por las fuerzas del régimen.
El jefe de la diplomacia británica, William Hague, comparó la situación en Siria a la de Bosnia en los años 1990, y se rehusó a excluir una intervención militar.
"No pienso que podamos excluir algo", dijo a Sky News. Siria "se parece más a Bosnia en los años 1990, estando al borde de una guerra civil intercomunitaria en donde los pueblos vecinos se atacan entre ellos", dijo en referencia a la guerra de Bosnia-Herzegovina (1992-1995).
Centenares de rebeldes están refugiados en la región de Hafa, en la provincia de Latakia (noroeste), uno de los bastiones de los partidarios de Asad.
Esta ciudad y sus alrededores, donde desde el 5 de junio murieron unos 60 soldados y 46 civiles y rebeldes, estaban siendo bombardeados el domingo por el ejército por sexto día consecutivo.
Hafa es una zona en su mayoría poblada por sunitas dentro de una provincia de mayoría alauita, la confesión religiosa a la que pertenece la familia de Bashar al Asad.
Por otra parte Israel condenó este domingo la violencia en Siria.
"El gobierno sirio y los que le ayudan, Irán y el Hezbolá (chiita libanés), enseñan su verdadero rostro, el del eje del mal", dijo el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en un comunicado