El banco central australiano ha subido los tipos de interés del 7% al 7,25%, el nivel más alto de los 12 últimos años. Fue la cuarta subida de los tipos desde agosto del año pasado y entra dentro de la política de encarecimiento del precio del crédito para combatir las presiones inflacionistas vinculadas a la fuerza de la demanda interna tras la subida de los precios de las materias primas.