Es uno de los grandes actores de la historia del cine, comparte con Walter Brennan el récord de óscares conseguidos por un actor en las categorías de interpretación y ha creado personajes que son iconos de la cultura popular. Se llama Jack Nicholson y cumple 75 años.
Su ritmo de trabajo ha aminorado en los últimos tiempos y en este siglo apenas ha intervenido en siete películas, casi todas comedias, un género en el que se ha volcado en la recta final de su brillante carrera, jalonada con tres premios de la Academia de Hollywood por "One Flew Over the Cuckoos Nest" (1975), "Terms of Endearment" (1983) y "As Good as It Gets" (1997).
Tres actuaciones que forman parte de un mosaico de emociones y registros único, perteneciente a uno de esos rostros que tantas veces transcendió la gran pantalla a través de esas cejas arqueadas, esa sonrisa de diablillo juguetón y una intensidad pocas veces igualada.
Candidato en nueve ocasiones
Fue candidato al óscar en otras nueve ocasiones, por títulos tan conocidos como "Easy Rider" (1969), "Chinatown" (1974) o "A Few Good Men" (1992), entre otros.
La última de ellas fue por "About Schmidt" (2002), a la que siguieron sus proezas en "Anger Management" (2003) -como un excéntrico psiquiatra con métodos poco convencionales- y "Somethings Gotta Give" (2003) -dando rienda suelta a su faceta de seductor maduro-, en una apuesta decidida por la comedia pura tras los atentados del 11-S en Nueva York.
Desde entonces ha brindado al público su única colaboración con Martin Scorsese ("The Departed", 2006), la edulcorada "The Bucket List" (2007), junto a Morgan Freeman, y "How Do You Know" (2010), el reencuentro con James L. Brooks, su director favorito, con el que trabajó en otras tres cintas.
Para el recuerdo quedan también sus fogosos encuentros con Jessica Lange en "The Postman Always Rings Twice" (1981), la química con Kathleen Turner en "Prizzis Honor" (1985) o sus valientes trabajos como director, especialmente "The Two Jakes" (1990), la segunda parte de "Chinatown".
Así llega a los 75 años Nicholson, sin proyectos cinematográficos para el futuro próximo, con su casa de Aspen a la venta por 15 millones de dólares y dispuesto a ver muchos más partidos de los Lakers. Eso sí, siempre con sus gafas de sol.