Fitch ha advertido de que las presiones de los mercados sobre la banca española tardarán en disiparse, pero valora que las exigencias de saneamiento establecidas por el Gobierno contribuirán a restaurar la confianza internacional.
La agencia de calificación crediticia indica que el encarecimiento de la financiación mayorista y las dificultades de emisión de deuda seguirán siendo retos para la banca española y suman presión a las dificultades del entorno operativo y de las mayores exigencias de capital y provisiones.
Fitch indica que mientras la banca española se ha beneficiado de las últimas facilidades de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) con un tipo de interés del 1% y a un plazo de tres años, las dudas sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas han renovado las presiones de acceso a los mercados de deuda y de financiación.