Tras más de doce años cautivos por las FARC, diez policías y militares colombianos deben ser liberados entre los próximos 2 y 4 de abril por esa guerrilla, que asegura son los últimos rehenes uniformados en su poder y anunció hace pocas semanas su renuncia al secuestro de civiles.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), el principal grupo rebelde del país, puede quedar sin ningún miembro de las fuerzas de seguridad en su poder tras haber tenido a casi 500 de ellos en cautiverio durante los últimos diálogos de paz, que fracasaron hace una década.
La guerrilla asegura que los seis policías y cuatro militares que entregará son los últimos que tiene secuestrados, aunque la Policía colombiana denuncia que siguen faltando dos de sus agentes raptados.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, subraya que su gobierno ha cumplido con todas las condiciones para la operación.
Santos dijo que el Ejército continuará combatiendo a las FARC hasta que compruebe gestos de paz como el fin de los atentados y del reclutamiento de menores, aunque no ha cerrado la puerta a un eventual proceso dirigido a acabar con casi medio siglo de conflicto armado en Colombia.